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Imagínate que estás conduciendo por un tramo aislado de la autopista 90 en el estado de Texas y te encuentras una tienda de  Prada en medio del desierto. Este símbolo del lujo, presente en las calles más exclusivas de las principales ciudades del mundo, ha roto todo tipo de barreras para implantarse en medio de la nada.

Pero esta singular tienda no es real, a pesar del realismo con el que está construida, se trata de una escultura creada por los arquitectos y artistas escandinavos Michel Emgreen e Ingar Draget, creadores de la tienda que nunca abre, la construyeron en 2005 como crítica al lujo, y nunca sospecharían que once años después se convertiría en todo lo contrario.

La instalación situada a 60km de la ciudad de Marfa costó 80.000 dólares y estaba destinada a no ser reparada para que con el paso del tiempo se fuese degradando hasta volverse parte del paisaje natural,una muestra más de que el tiempo se lo lleva todo.

Es una reproducción sin taras de la tienda de Prada, firma de moda italiana creada por Mario Prada en 1913. Contó con el apoyo de la Fondazione Prada. El realismo es tan intenso que muestra mercancías reales como zapatos y bolsos cedidos por la propia Miuccia Prada que ayudó a los creadores de la instalación a pesar de que sabía que era una crítica a la industria del lujo.

Aunque su propósito dista mucho de lo comercial, a estas alturas el espacio está más cerca de ser meca de peregrinación para los seguidores de la firmas de lujo que de mofarse del consumismo estadounidense, por tanto la no tienda de Prada es parada obligatoria para todos los fashionistas que se dejan caer por las áridas llanuras texanas.

Un Besazo!

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mayo 9, 2016 0 comment
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Soy una enamorada de Monet desde que era pequeña, sus cuadros llenos de color siempre me llamaron la atención de una manera muy especial, y ahora que indago en su vida para hacer este post , me doy cuenta de que mi admiración por él no es casualidad…su amor por la naturaleza, la jardinería, la gastronomía y el arte lo acercan más a mí todavía…y es que la sensibilidad por las cosas bonitas une mucho.

Claude Monet (1840-1926)  pintor francés precursor del impresionismo, pasó los últimos cuarenta años de su vida en Giverny un pequeño pueblo a orillas del Sena a 70kms de París. Allí se instaló en una pintoresca casa de campo rodeada de un paisaje bucólico y tranquilo, donde pudo dedicarse a sus grandes pasiones.

Amante de la jardinería y de las variaciones de color, concibió su jardín de flores, árboles frutales y jardín de agua como obras artísticas. Consiguió crear un entorno de gran belleza con plantas tanto autóctonas como importadas, un estanque de nenúfares y un puente japonés que serán el motivo principal de sus lienzos más trascendentales… él mismo llegó a decir que su jardín había sido su más bella obra de arte.

Su estancia en Giverny transformó el lugar en un punto de referencia para los artistas de la época como: Cézanne, Renoir, Sisley, Pizarro, Matisse…

Tras su muerte su casa fue donada por su único heredero a la Academia Francesa de bellas artes y a través de la fundación Claude Monet, la casa y los jardines fueron abiertos al público en 1980. Actualmente  son una atracción para turistas de todo el mundo que visitan Giverny  ¡y os confieso que estoy deseando ir!

Un besazo!

Fotos vía: Kayla Barker, Pinterest

 

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febrero 20, 2016 1 comment
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