Ya va quedando poco de invierno y menos mal…los inviernos últimamente no son muy amigos míos, así que impaciente, espero la llegada de la primavera.
Algo que me encanta de esta época del año es ver cómo van creciendo los cultivos, como mantos que cubren la campiña de preciosos colores. Desde pequeña me emocionaba ver esos contrastes de la naturaleza cada domingo por la ventanilla del coche, recuerdos de la niñez que nutren hoy en día mi mente.
Me apasionan los verdes trigales con esa inmensidad que se pierde en el horizonte, las espigas mecidas por el viento, y esa paz que desprenden. Sensaciones en las que uno puede recrearse como si el tiempo se detuviera, y solo diera tregua para bellos pensamientos.
Hace unos días tuve la suerte de pasear y respirar en ellos, os dejo unas fotos, espero que os gusten.
¡Un besazo!
Fotos © Antonio Aguilera Vestido: Zara